Tomás Fernández Ríos nace en Madrid el 27 de febrero de 1969, vecino de Móstoles; licenciado en Derecho por la UCM y diputado de VOX por Huelva. Está divorciado, pese a la postura de VOX respecto al divorcio.
Como es habitual, a pesar de ser diputado por Huelva, era un auténtico desconocido para los votantes onubenes. En 2019 su partido consiguió más de 30.000 votos que no le sirvieron para nada.
Aparte de la política, ha trabajado en la dirección comercial, por ejemplo en Móstoles Industrial, filial del Corte Inglés y en otras empresas, que le ganarían los apodos de «El Forlady» o «El Vendelámparas».
Antes de cambiarse a VOX fue miembro del PP (2003-2011), como tantos otros. Su trayectoria en el partido es también bastante típica. Siendo amigo de la «mili» de Javier Ortega Smith, llegó a vicesecretario nacional de Organización de VOX a los dos meses de entrar en el partido, sin que nadie más le conociera antes. También, a candidato de VOX al Congreso por Huelva, con el consiguiente descontento de los políticos de VOX locales.
Según la descripción de Ángel Ortiz para El Español, «Se trata del líder de los ‘Los hombres de negro’, así conocidos en el argot de la militancia por su manera de actuar. Fontaneros de su estrecha confianza, casi todos con alguna suerte de vinculación militar, que aplacan cualquier halo de crítica interna informando a Fernández. Después, actúa. Son Jacobo Vázquez, Teresa Alonso, Ignacio Ansaldo, Julio Utrilla, David Lucas, Susana Suárez Villagrá o Ángel de la Cruz«. Otros exmiembros de VOX los han calificado como «peores que la mafia calabresa«, gente que “intenta destrozar la imagen pública de la persona a la que quieren cargarse«, «Su actitud fue totalmente barriobajera«…
Con tal historial de «corta cabezas» del partido, resulta una suerte de «justicia poética» que fuera relevado de la vicesecretaría de Organización en octubre 2022, poco después de la «renuncia» de Ortega Smith como Secretario General. Pese a ello volvería a encabezar las listas de candidatos por Huelva y a ser diputado en 2023.
Su actividad como diputado no tiene demasiado interés, como podemos ver en las propias páginas del partido.
Entre sus ideas políticas cabe resaltar la vieja mentira de que la LIVG discrimina al hombre, también opina que no hay un problema estructural de violencia contra la mujer (como argumento esgrime que hay países donde hay mayor violencia). Y, como suele hacer VOX, intenta desviar el foco de la atención de la agresión a la nacionalidad del agresor.
Y es que, aunque en VOX no son racistas ni xenófobos, Tomás cree que hay inmigrantes de primera y de segunda, además de no ver incompatibilidad entre ser cristiano y expulsar a inmigrantes en situación irregular.
Pese al perfil bajo que mantiene Tomás, consiguió colar un bulo destinado a generar miedo y malestar, hablando de un supuesto «posible traslado de residuos tóxicos a Nerva» que nunca existió.
Por último, os invitamos a comprobar su penoso nivel dialéctico en esta entrevista, en la que habla del falso problema de los okupas.
https://www.facebook.com/watch/?v=260490865207041
Desmontando a VOX 